En la cima de La Tiñosa, techo de Córdoba (1.568 m.)
Bonito día de montaña adentrándonos por las desconocidas sierras de la subbética cordobesa, al sur de la provincia del califato y muy cerca de las provincias de Málaga y Granada.
Salimos muy temprano desde Alhaurín el Grande con destino Priego de Córdoba desde donde debíamos encontrar sin problemas el acceso al carril que nos diera inicio a la ruta de subida a la Tiñosa. Pues bien, como suele pasar en estas ocasiones cuando uno lleva mil mapas, nos perdimos un par de veces buscando el carril y otro par de veces siguiendo las malas indicaciones de supuestos conocedores del entorno próximo o lo que es lo mismo "que los catetos nos mandaban a tomar por culo".
Finalmente, tras dar cien vueltas por estas tortuosas carreteras alejadas de la mano de Dios, encontramos el acceso que nos abría paso por las entrañas de la Sierra de la Horconera.
Sierra de la Horconera
Participantes: Rafael Blasco, Noel (Gran Maestre) y Jaquelin.
Cimas: La Tiñosa (1.568 m.) y el Pico Morrión (1.479 m.).
Paisajes: Cultivo de olivar en el valle y escasas agrupaciones de álamos junto al arroyo, mucho matorral espinoso y ausencia de árboles en la subida. Bastantes zonas de canchal o piedra suelta durante la subida y crestas de formas caprichosas de roca caliza en las cimas. Por Puerto Mahina el monte se decantaba y le ganaba el terreno a la roca.
Accesos: Nosotros optamos por la ruta norte tomando como base el pueblo de Priego, al que se puede acceder desde distintos lugares, y como punto de referencia el Club Familiar La Milana que se encuentra a tan solo unos centenares de metros antes de la entrada al pueblo viniendo por la carretera desde Cabra.
Frente al club encontramos una carretera asfaltada que pone Navasequilla y pronto aparece una bifurcación a la derecha que se convierte en carril de tierra que nos adentra directamente en una garganta entre las Sierras de la Horconera y de Alhucema que desemboca en el Cortijo de la Peñuela, junto a un arroyo y lugar donde podremos aparcar el coche para comenzar la ruta.
Principio de la ruta. Arriba el pico y la cueva del Morrión.
La ruta comienza en el carril junto al Cortijo de Peñuelas. No nos extraña que a esta zona se le denomine el valle de la Humbría ya que no es difícil de imaginar la oscuridad y el frío que debe hacer por aquí durante los cortos días de invierno. A nuestra derecha según subimos, un imponente farallón de Sierra Alhucema nos da la bienvenida.
El carril avanza durante unos kilómetros hasta desaparecer en un olivar junto al cortijo de las Chozas de Toledo dedicado a la cría de cabras. Aquí la ruta desaparece y resulta difícil encontrarla por lo que optamos por la solución más fácil: campo a traves y directos por el canchal a la cima del Morrión que oteábamos en el horizonte. Desde lo alto vimos que la ruta que debíamos haber tomado seguía paralela al arroyo y no atravesando el olivar, pero ya era algo tarde.
Subiendo por el complicado empedrado del canchal
El torrente de piedras y la pendiente hicieron dura esta parte de la subida aunque pronto alcanzamos la roca sólida e hicimos un descanso para avituallarnos y recuperar fuerzas.
En seguida y tras trepar un poco llegamos al morrión que bordeamos por su flanco norte y pudimos admirar de cerca tanto la abrupta sierra de la Horconera como la vecina sierra de Alhucema con su tan cercana cima del Pico Bermejo.
Con Noel en el Pico Morrión (1.479 m.)
Tras subir el circo del Morrión seguimos la amplia cresta de la sierra y sin dificultad y en poco más de media hora nos plantamos en la cima de la Tiñosa.
Al fondo la Sierra de Alhucema con su Pico Bermejo
Desde la cima divisamos por el sur el enorme embalse de Iznájar, las Sierra de Loja, del Jobo y Camarolos, La Maroma, la Sierra de las Nieves, de la Chimenea, de las Cabras ... y en definitiva vamos averiguando todas las sierras del norte malagueño y sur granadino.
La bajada, ya encontrado el sendero, la realizamos por Puerto Mahina o Mañina, pasando antes junto a la cueva del Morrión, y sin mucha complicación llegamos al arroyo que nos conduciría a nuestro punto de origen. Antes pasamos junto a un centenario y majestuoso álamo solitario que impone por su colosal tamaño.
Volveremos a la Subbética Cordobesa
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